Indicaciones espirituales y carismáticas útiles para el desempeño de los
formadores y para la perspectiva de la vitalidad de la vida religiosa y su
aportación al ministerio eclesial
En este
ámbito nos cooperaron tres expertos, y presentamos la síntesis de sus
colaboraciones, realmente muy estimulantes, que podrán ayudar a los formadores
en su tarea y a todos los religiosos en la identificación con el camino de
crecimiento de nuestra espiritualidad.
LA RENOVACIÓN DE LA VIDA CONSAGRADA
¿Cuál Vida Consagrada tiene futuro? ¿Cuál
Vida Consagrada merece futuro?
Como enfrentar espiritualmente
la situación de crisis y de esperanza de la Vida Consagrada hoy.
¿Sobre cuales rasgos insistir siempre, pero
especialmente en el período de formación inicial, para que nuestra Vida
Consagrada tenga un sentido también hoy?
Lectura: Jn 13,19; 14,27.29; 15,15-20; 16,4.33; Mt 4,31.
1) Estamos en un cruce. “Crisis”, una
realidad ambivalente, pero no necesariamente negativa.
2) En esta situación, ¿cómo evoluciona la Vida
Consagrada? Características de la Vida Consagrada que brota desde bastante
tiempo ya en la Iglesia.
2.1- En el mundo occidental,
2.2- En el mundo ex-comunista,
2.3- En el tercer mundo.
3) Los rasgos de la Vida Consagrada sobre los
que insistir porque tienen sin duda un futuro. Para cuál futuro debemos
prepararnos y cómo.
3.1- No hay vuelta atrás. Lo nuevo ya está entre nosotros.
3.2- El gran peligro hoy: no tanto la baja numérica, sino la
mediocridad.
3.3- La responsabilidad mutua.
3.4- La actitud correcta ante las dificultades actuales.
3.5- Ampliar los horizontes.
3.6- La llamada “ars moriendi carismatica”.
DEL CARISMA DE LOS FUNDADORES
A LA HERMENÉUTICA DE SUS TEXTOS
1. Premisa.
El
carisma del fundador es un punto de referencia importante en nuestras
comunidades. Del recelo al entusiasmo y la asimilación.
Definir
una aproximación teológica, para facilitar, después, la lectura de los
fundadores.
2.
Aproximación teológica.
Progresión temática. Desde los
documentos conciliares Lumen gentium
y Perfectae caritatis se bosqueja una
descripción de la vida consagrada como carisma. Evangelica testificatio usa la expresión “carisma de los
fundadores”.
Indicación
esencial del Magisterio (MuR 11):
Experiencia
del Espíritu.
Insertada en
una historia.
Abierta al
futuro.
El carisma del fundador es un
don sobrenatural perteneciente al dinamismo de la gracia. Su energía procede
del Espíritu y forja una identidad.
Esta acción del Espíritu
requiere mediaciones de personas y circunstancias.
Configura a Cristo para el
servicio del evangelio en favor del mundo.
Posee una tensión totalizante
(no se limita, pues, a la espiritualidad y/o misión específica) que constituye
la armonía vocacional.
El
carisma del fundador trae una carga de novedad emprendedora. Conoce la
incomprensión y soporta la cruz (MR 12).
Dimensión
personal y colectivo-comunitaria. Los Fundadores no pretenden la exclusividad
del don, pero desean comunicarlo.
La
primera comunidad nace en la conciencia de compartir el mismo don del Espíritu.
La comunidad posteriormente desarrollará la mediación primera realizada por el
Fundador.
Engendra
una tradición viva. La única sana; no necesita de conservantes artificiales.
Aún
no se ha dicho todo. En la memoria del don la garantía del futuro. El conjunto
del instituto involucrado en el redescubrimiento y traducción.
El Espíritu opera en los
cohermanos por la cohesión de la comunidad y el testimonio de la renovación
(MuR 12).
3. Lectura.
«Aggiornamento»
significa traer al hoy. Volver a interpretar los orígenes de manera que sean
significativos para el hoy.
“ En la dimensión del carisma convergen, finalmente, todos los demás aspectos,
como en una síntesis “. VC 71.
El
carisma conoce una evolución desde el fundador al Instituto. Un código genético
que se desenvuelve.
3.1. Métodos.
En el estudio del carisma se
pueden aplicar tres métodos: histórico, existencial y hermenéutico.
El método histórico estudia
los comienzos, intentando reconstruirlos con precisión.
El método experiencial
descubre el carisma sobre la base de la percepción que tienen de él los actuales
miembros del Instituto.
El método hermenéutico mira a
la situación original en modo proyectivo y evolutivo.
Permite incluso valorar lo que
no estaba en un primer momento, pero posteriormente se ha agregado con
trascendencia decisiva.
Un ícono de la hermenéutica
sería el episodio de los discípulos de Emaus.
Queremos recuperar los
elementos del carisma deculturándolos, para poder en seguida inculturar el
carisma en contextos nuevos.
3.2. Proceso hermenéutico.
Como exigencia previa es
necesario averiguar las fuentes. Ellas son la posibilidad concreta de acceder
al fundador.
3.2.1. Búsqueda.
Este cometido obedece a tres
imperativos:
Primero: Buscar. Hay datos, mientras no se
demuestre lo contrario.
Segundo: Comunicar. No basta la acumulación
reservada, se requiere el intercambio que multiplica las potencialidades del
hallazgo y evita la manipulación de las fuentes. Peligro del «especialista»
especialmente si exclusivo que termina por desvirtuar.
Seguir buscando: De lo que ya se tiene se abren
nuevas posibilidades.
3.2.2. Documentos.
Medio usual (ya se agregan
diversos tipos de grabación sonoras y visivas) con los que se transmiten la
experiencia del fundador. Observar la jerarquía que existe entre ellos.
Autobiografía
y escritos autobiográficos, Regla, discursos a los miembros del Instituto,
cartas, otros escritos.
Actos
de los Capítulos Generales, circulares de los Superiores Generales.
Individuar
acuciosamente los textos. Es necesario que el texto elegido sea atinente,
coincidente y pertinente. Examinar su estructura y genero literario.
Preguntarse sobre su originalidad o dependencia de otras fuentes.
3.2.3. Hechos.
El verdadero lugar teológico
es la vivencia. Los hechos deben registrarse con precisión y ubicarse en un
cuadro total. Debemos estar atentos a las evidencias excesivas y engañosas.
Descubrir los silencios, la verdad, humanidad y variedad de las persona. Enfrentar
incluso lo negativo y equívoco.
3.2.4. Evaluación.
Concentrada en lo esencial y
ponderando la repetición.
3.2.5. Interpretación.
Hay dos tipos de aproximación
hermenéutica: racional-analítica; intuitivo-sintética. Se llaman una a la otra.
Racional-analítica.
Distingue diversos niveles en la persona y la experiencia del fundador.
Intuitivo-sintética.
Recorre el camino genético del fundador.
Para
garantizar el proceso hermenéutico, hay que observar algunas leyes.
1ª ley: Autonomía del objeto. El carisma es
consistente, precede la interpretación.
2ª ley: Globalidad del objeto. A) Cada detalle
debe ser comprendido en el conjunto y el conjunto en los detalles. B) El
diálogo con el fundador requiere ese con la tradición de sus intérpretes.
Estas dos leyes se refieren al objeto.
3ª ley: Actualidad del comprender. Consciencia
de su propia subjetividad: sentimientos, ideas, situaciones.
4ª ley: Coherencia hermenéutica. Estar a la
altura del objeto que hay que interpretar.
Estas dos leyes se refieren al sujeto.
Por ende, la hermenéutica
parte de un realismo liberado de los lugares comunes recurrentes en la
literatura edificante. Garantiza el respeto y la coherencia de la figura que
hemos redescubierto. Exige nuestra correspondencia.
3.2.6. Sujeto y ámbito.
El sujeto llamado a realizar
la hermenéutica del carisma es la comunidad.
En la coherencia hermenéutica.
Se necesita una comunidad espiritual, verdaderamente evangélica y religiosa.
Es
necesario encontrar lugares de comunicación. No sólo hechos, compartir la vida.
3.2.7. Perspectiva.
Sin pretender una síntesis
conclusiva, hacer aparecer la dimensión de totalidad. Contexto interpretativo:
el ambiente eclesial. Nuestro carisma es un aspecto del misterio de la Iglesia
y no podemos entenderlo fuera de la vinculación con los otros.
Incluso
toda la humanidad es ámbito de interpretación. Con experiencias que preceden
las nuestras y expectativas que nos interrogan.
4. Imágenes
conclusivas.
Señales carreteras. Nos envía al Evangelio.
Un río. Desemboca en el mar de la Iglesia.
El jardín de las mil flores.
Un último aporte se refirió a
la Psicología de la vida consagrada, especialmente indicativa de la necesaria
madurez humana y espiritual para permitir un crecimiento armónico del mismo
consagrado, una vivencia fiel de sus compromisos y el despliegue de un servicio
pastoral realmente salvador y eclesial.
Esta
contribución es de suyo más compleja y podrá ser objeto de alguna
profundización mayor a lo largo del año.
Referencia: www.barnabitas.cl